jueves, 4 de junio de 2009

Rehabilitación e Integración.


El proceso que se refiere a la integración de las personas con discapacidad auditiva está determinado por diversos factores que se deben considerar al momento de pensar en la rehabilitación.

Entre estos factores, hay que contemplar el tipo de pérdida, el momento en que ésta se produce, la etapa del desarrollo en que se encuentra la persona y si se trata de personas sordas o hipoacúsicas.

La persona que no presenta restos auditivos se denomina sorda. En este caso, las posibilidades están centradas en la entrega de herramientas para que pueda comunicarse.

Las personas sordas cuentan con un lenguaje común denominado Lengua de Señas.

Su principal característica es que utiliza signos que se expresan con las manos en combinación con la expresión gestual y corporal.

En estas combinaciones se expresa la gramática y la sintaxis propias de esta lengua. El significado dependerá de la forma que adopta la o las manos al realizar el signo, el lugar en que éste se realiza, el movimiento, la orientación de la palma de la mano y la expresión facial o corporal que acompaña el signo.

Se cuenta también con la lectura labial como alternativa de comunicación. Esta opción consiste en interpretar los movimientos que realiza la boca del interlocutor al hablar.

Requiere entrenamiento y tiene un margen de ambigüedad por la dificultad de lograr el seguimiento y exactitud en la interpretación. Depende de la rapidez y gesticulación del emisor del mensaje.

Se suele complementar al lenguaje de señas.

Se considera importante rescatar los restos auditivos, en aquellos niños que los poseen y manifiestan interés en aprovecharlos, como un aspecto que facilitará la adquisición de lenguaje oral.

En este sentido, el acceso a audífonos facilita el proceso.

Estos funcionan como sistema de amplificación que hace perceptibles algunas frecuencias que sin él no son audibles.

De acuerdo a la priorización de ciertos enfoques, existen algunas tendencias esenciales relativas a la integración de las personas con esta discapacidad que surgen especialmente en el ámbito
de la educación:

Bilingüismo: La lengua de señas como lengua principal y la adquisición del español de Chile, en su forma escrita, como segunda lengua y oral cuando el menor presenta potencialidades auditivas
para su desarrollo.

Auditivo Oral: Enfatiza el desarrollo del lenguaje oral a través de la vía auditiva compensada con audífono o implante coclear.

Comunicación Total: En este enfoque se enfatiza la lengua de señas como lengua propia de la comunidad de sordos y la integra a la educación. Valida todas aquellas conductas que facilitan la comunicación: lenguaje oral, dramatización, dibujo, lectura y escritura, audición etc.

El apoyo que brinden los entornos más directos, como el familiar y educativo, determinará en gran medida la calidad del proceso de integración social de las personas con discapacidad auditiva
.

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